Todos sabemos que la historia narra el pasado. Pero también que las formas y facetas de esa narración del pasado pueden ser tan diferentes como las del presente mismo.
 
Nuestro presente tiene dimensiones individuales y colectivas. Desde allí (aquí) proyectamos hacia el futuro nuestros deseos personales, grupales, sociales. Y nuestros deseos y aspiraciones vienen también de algo que no queda saldado en nuestro pasado. Continuamente ubicamos antecedentes, problemas, hilos sueltos de lo que ya pasó y de lo que sucede. Y nos quedan hilos sueltos… Cabos sin amarre. Algo podríamos hacer con ellos.

A veces, revaloramos algunas cosas del pasado y nos damos cuenta que algo que creímos concluido tiene nuevas oportunidades de ser valioso. Por otra parte, cambiamos y olvidamos necesariamente. 

Cuando estudiamos historia nos hacemos preguntas. Una buena respuesta da pie a una nueva y mejor pregunta. Como en otras disciplinas, buscamos conocer, pensar.

Nuestras preguntas y nuestro estudio parten del ámbito de la arquitectura. Estudiamos procesos y acontecimientos relacionados con la arquitectura, la ciudad, y el territorio. ¿Cuáles importan? ¿El fugaz episodio de una obra, un premio, una vida o la larga construcción del significado de las formas, de habitar un ambiente? Estudiamos objetos culturales y productos sociales. Tienen ritmos, acentos, ciclos, velocidades que nuestro apetito reflexivo frente al tiempo puede y desea aprehender. 

Estudiamos objetos de distintas escalas y observamos a distintas distancias, con herramientas de diferente calibre. Fragmentos y totalidades: cada uno de estos términos en relación con el otro.

Con los cabos sueltos hacemos redes, con las redes salimos a la pesca y derivamos sobre aguas que nunca son las mismas. ¿Puede entonces la historia repetirse?

Métodos, herramientas y fuentes documentales son los recursos del trabajo en el taller de historia. Los docentes somos mediadores con experiencia entre las inquietudes y los recursos para que los estudiantes aprendan aguzando el instinto, la percepción, la curiosidad y la imaginación propios y construyan saberes colectivos.